No hay instalación térmica perfecta. Algunas se adaptan más a las necesidades de unos usuarios y otras a otros. No es lo mismo una familia de 4 personas que pasa mucho tiempo en casa, que un piso de una persona soltera, que se pasa todo el día en la oficina. Por ello, hoy vamos a hacer una breve comparativa entre aerotermia y caldera de gas natural.

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En éste post vamos a dar unas pinceladas sobre las ventajas que tiene una instalación de aerotermia, frente a la popular y contrastada caldera de gas. Para ver las ventajas de un sistema u otro, hay que tener en cuenta varios factores:

Si bien la calderas casi no necesitan espacio en el exterior la aerotermia si lo  necesita. No es lo mismo buscar un hueco para el «típico calentador» de toda la vida en un piso de 70 m, que ver dónde colocamos una aerotermia. Para ella necesitaremos una ubicación adecuada, accesible para el mantenimiento y que además no nos estorbe y quite espacio que puede resultar esencial para otros menesteres.

La inversión inicial de caldera frente a la Aerotermia es aproximadamente la mitad. El uso de calderas está muy generalizado y son instalaciones que han bajado mucho de precio, de la misma forma que han subido en prestaciones. Ésta popularidad hace que el costo sea muy contenido.

Las calderas consumen gas y la aerotermia se alimenta de energía eléctrica. La diferencia de consumo supone un 35 % menos a favor de la aerotermia. Precisamente por alimentarse de energía eléctrica, la aerotermia facilita el uso del autoconsumo fotovoltaico frente al combustible de la caldera.

Los equipos de aerotermia poseen un mantenimiento más sencillo y menos costoso que el de una caldera de gas. La caldera puede utilizar temperaturas de trabajo superiores a la de la aerotermia, aunque últimamente esté ventaja se está reduciendo considerablemte. Ésto favorece la implantación de las calderas en lugares más fríos y con temperaturas más bajas todo el año.

La aerotermia necesita el dimensionamiento de emisores térmicos adecuados a las temperaturas de trabajo más eficientes, es decir por debajo de 45 grados. Por ello será más adecuado usar con convectores y suelo radiante, mientras que la caldera se adapta para todo tipo de emisores.

Confiamos en que éstos apuntes os hayan servido de utilidad para valorar la instalación de un dispositivo u otro, en función de vuestras necesidades.