Desde Prointer Murcia consideramos que, dejando aparte el “precio de la energía”, el tema de las placas solares con baterías es sin duda la “pregunta de moda”. Para empezar, vamos a hacer una pequeña declaración y a partir de ahí desarrollaremos la cuestión de las placas solares para autoconsumo fotovoltaico, con o sin baterías:
TODAS LAS INSTALACIONES DE PLACAS SOLARES ESTÁN “CONECTADAS A BATERÍAS”
Las instalaciones aisladas, en efecto, necesitarán baterías para poder almacenar la energía y, en las instalaciones que el cliente decide no poner baterías, las redes de las empresas comercializadoras, harán la función de una “gran batería”. Dicho ésto, que técnicamente es cierto, vamos a ver qué es lo que recomendamos.
Posibles combinaciones:
INSTALACIÓN PEQUEÑA de placas solares para autoconsumo fotovoltaico + BATERÍAS
INSTALACIÓN GRANDE de placas solares para autoconsumo fotovoltaico, SIN BATERÍAS
Una de las premisas básicas es que el período de amortización de una instalación de placas solares siempre será más largo si hay baterías, que si no las hay. Esto es así, por el alto precio de las mismas. Ahora bien y sólo como excepción importante, si se trata de una instalación aislada o una segunda residencia con un uso muy esporádico, quizá sea totalmente aconsejable instalar baterías desde el minuto uno, para acumular la energía solar que produzcamos. Dicho ésto, vamos a entrar en explicar con un poco de detalle las particularidades de cada una de las combinaciones.
CLIMATOLOGÍA, HÁBITOS DE CONSUMO E INVERSIÓN INICIAL
Entrando un poco en materia, no es lo mismo colocar placas solares para autoconsumo fotovoltaico en Murcia, que en Álava. Si bien la insolación (intensidad y horas de luz al cabo del día) será mayor en Murcia, en Álava tendremos unas placas solares limpias y bien mantenidas por el efecto de la lluvia, un día tras otro. Sin embargo, la arena (por ejemplo) que se ha depositado en nuestras placas por el efecto de la calima que ha azotado el levante durante este verano, ha hecho que las placas solares disminuyan su rendimiento durante semanas. Por eso recomendamos que, en la medida de lo posible y siempre cumpliendo con las más exigentes medidas de seguridad, los paneles solares estén siempre lo más limpios posible.
Instalación de autoconsumo solar grande, sin baterías: “Instalación solar grande, precio elevado”. Además, si durante el día la mayor parte del núcleo familiar está fuera, trabajando o estudiando, la energía que producimos no se consumirá y la inyectaremos a la red. La empresa que comercializa esta energía nos la pagará SIEMPRE a un precio INFERIOR al de la energía que consumimos. Además, aunque sea contra intuitivo, si producimos mucha más energía de la que consumimos, la factura no será negativa, sino que quedará a cero en el apartado “consumo de energía” y se le sumarán los costes fijos. Por lo que cuidado con verter a la red mucho más de lo que consumimos, puesto que estaremos “haciendo el agosto a las comercializadoras”.
En los hogares, el consumo eléctrico en período diurno es de aproximadamente el 40 % del total (si consideramos que se consume todo lo que se produce). Sin embargo, en el caso de tratarse de una oficina, donde el consumo de energía es sobre todo durante las horas diurnas, será más fácil amortizar este tipo de instalaciones, ya que verteremos a la red una cantidad mínima de energía: la no consumida durante el día.
Instalación de autoconsumo solar pequeña con baterías: “Instalación solar pequeña, precio moderado”. En este caso, aunque la mayor parte de la familia esté fuera, la energía que producimos y no gastamos se almacenará en nuestras baterías para poder usarla más tarde. De esta forma y hablando en un lenguaje muy coloquial, estaremos “estirando nuestra instalación”, de forma que si tenemos 8 paneles solares fotovoltaicos que nos producen 3,6 Kwh, con la ayuda de las baterías, estaremos “consumiendo y almacenando” para consumir más tarde, energía por encima de ese valor de 3,6.
En otras palabras y aunque pueda parecer un trabalenguas, seremos capaces de consumir proporcionalmente mucha más energía y verter menos excedentes a la red, ya que la hemos “guardado” para disponer de ella en los momentos en los que hay menos producción. Eso sí, la inversión inicial se nos puede ir prácticamente al doble que en el caso de no tener baterías.