Hace unos días subimos un post titulado “Suelo Radiante con Aerotermia Barata”. El título no era casual. Es cierto que EL COSTE de una instalación de climatización es algo básico a la hora de plantearnos qué hacer en nuestra vivienda u oficina. Ahora bien, si sólo vemos nuestro proyecto desde el punto de vista de la INVERSIÓN INICIAL, NO DEBERÍA SER el elemento determinante para ELEGIR QUÉ EMPRESA DE INSTALACIONES TÉRMICAS lo va a ejecutar.
Si esto fuera así, lo normal sería elegir aquel instalador más barato y no el más solvente. Desde Prointer Murcia consideramos que la climatización de tu vivienda es una de las inversiones más importantes a realizar y creemos que se deberían considerar una serie de puntos importantes, antes de tomar ninguna decisión:
Las REFERENCIAS DE LA EMPRESA INSTALADORA serán fundamentales, porque ellas serán las que avalen su conocimiento y seriedad. Cuanto mayor sea su trayectoria, mayor es la confianza que podremos depositar en ella.
SERIEDAD Y RIGOR, sobre todo en la información aportada del estudio y la valoración. No se trata de vender, sino de asesorar y como usuarios, no debemos fijarnos tanto en la presentación y su envoltura como en el contenido de la misma. Además, las explicaciones de los técnicos deben convencernos aplicando nuestro sentido común y nuestros hábitos de consumo. Nadie mejor que nosotros, sabe cuánta energía consumimos y en qué momento del día. Por otro lado, cualquier consideración técnica, debe poder demostrarse con hechos, experiencias y otras instalaciones ya realizadas o clientes satisfechos, más que con números y papeles.
CONOCER LAS PRESTACIONES de lo que se nos ofrece. Una instalación no consiste en tirar cable, hacer agujeros, instalar perfiles de aluminio y colocar equipos… nada de eso. Una vez realizada nuestra instalación, hay que hacer una Puesta en Marcha, Ajustes varios, Asistencia post venta, Mantenimiento y cumplir con las Garantías. Todo ello por escrito dentro del mismo presupuesto y definido en lo máximo posible para que nadie nos lleve a engaños indeseados, intencionados o no.
Pensamos que la MARCA DE LOS EQUIPOS no tienen que ser elemento diferenciador a la hora de elegir a una u otra empresa. Es cierto que hay primeras marcas y marcas más sencillas, baratas y menos conocidas. Sin embargo, ocurre muy a menudo que depositamos más confianza en la marca del fabricante, que en la propia empresa instaladora. Esto es así porque parece que la primera puede compensar algún susto con la segunda. Tenemos que quitarnos esa idea de la cabeza. Si confiamos en la empresa, en su prestigio y en sus técnicos, lo más coherente es que sea ésta la que proponga la marca y el tipo de equipos a instalar. En otras palabras, primero las personas y segundo las máquinas.
Dicho todo lo anterior, la CONCLUSIÓN a la que podemos llegar es que, cuando contratemos una instalación donde esperamos una esperanza de funcionalidad de al menos 15 años, no debemos fijarnos tanto en el coste inicial que nos proponen las empresas instaladoras sino en la confianza y fiabilidad de los servicios que nos puede dar la empresa a lo largo de la vida prevista de esa instalación. Esto es así desde el primer minuto de la puesta en marcha, pasando por los ajustes necesarios para conseguir el máximo confort y la mejor eficiencia en la misma durante su vida útil.
En otras palabras y en lenguaje mucho más llano: que la empresa instaladora “nos agarre el teléfono” tiempo después de realizar y cobrar la instalación.
BENEFICIOS FISCALES EN EL IRPF POR LA MEJORA DE LA EFICIENCIA ENERGÉTICA EN VIVIENDA HABITUAL, DE ALQUILER Y EDIFICIOS
Sí, no nos cansaremos de repetir que invertir en mejoras para la eficiencia energética de nuestros edificios y viviendas, tiene beneficios fiscales. No sólo seremos más respetuosos con el planeta y podemos dormir más tranquilos, sino que podremos raspar unos cuantos euros en nuestra Declaración de Renta anual.
Como sabemos, el Ministerio de Medio Ambiente, en pro de la “descarbonización” de nuestro país, viene tomando una serie de medidas en forma de beneficios fiscales, etc. Las que se detallan en el cuadro adjunto, se aplican hasta el 31 de diciembre de 2022. Todas estas iniciativas por parte de la administración nacional, hacen que el período de amortización de todas aquellas instalaciones que mejoren la eficiencia energética de nuestras viviendas (no de nuestra empresa), sea mucho más corto.