Revisión y mantenimientos de calderas

En unas semanas el mercurio bajará y haremos uso de las calderas que han estado varios meses sin actividad. Los “calentadores” o calderas de uso doméstico efectivamente no la han tenido, pero las calderas industriales no han dejado de trabajar. En unos casos y en otros, es ahora cuando hay que realizar un mantenimiento de las calderas, para prever posibles fallos y no quedarnos sin servicio.

Una caldera no es sino un aparato que calienta un fluido, normalmente agua, el cual será conducido a través de unas tuberías, hasta unos emisores de calor, con el objetivo de proporcionar calor en las estancias. Otras veces, en calderas industriales, la función es precalentar agua para acumularla en un depósito, de forma que pueda estar disponible en cualquier momento, en grandes cantidades. Nos referimos en este caso a agua para ACS o agua caliente sanitaria. Esto es muy frecuente en lugares donde hay gran demanda de agua caliente, como gimnasios o centros deportivos en general.

En todos los casos, el propietario necesita una empresa de mantenimiento de calderas. Se trata de sistemas que tienen un riesgo potencial elevado y la legislación exige que sean mantenidas con unos períodos de mantenimiento reglados y regulados: mensualmente, semestralmente, etc.

Además, en el caso de una fábrica o una instalación deportiva, el correcto funcionamiento de una caldera influye directamente en la actividad de dicho centro. No tener correctamente mantenidos estos equipos, hace que se consuma más (entre otras cosas), lo que supone un gasto directo para la empresa.

MANTENIMIENTOS DE CALDERAS INDUSTRIALES

Para una explicación detallada de este tipo de mantenimientos, se puede consultar éste enlace donde aparece una Guía Básica de Calderas Industriales. Ahí podremos encontrar detalles sobre su funcionamiento, mantenimiento, legislación, etc.

RIESGOS DE UN MAL MANTENIMIENTO PREVENTIVO EN CALDERAS

Los riesgos que van aparejados a un mal mantenimiento de una caldera o a la no existencia del mismo, además de estar incumpliendo con la legislación vigente, son los siguientes:

Disminuimos el rendimiento del aparato, ya que para producir lo mismo, deberá ir más forzado y consumirá más.

Disminuimos la vida útil del equipo, aumentando nuestros gastos a medio/largo plazo.

Aunque no haya habido una revisión de la caldera en años, funcionará con menor rendimiento y quizá tarde mucho en estropearse de forma irreversible. Si bien es cierto que las calderas poseen unos sensores que detectan y monitorizan el correcto funcionamiento de las mismas, la gran mayoría de propietarios no están pendientes de esos cuadros digitales excepto cuando aparece alguna alarma acústica o luminosa. Es entonces cuando nos llaman y nos preguntan qué es lo que pueden hacer.

Si se trata de un particular, es posible que pueda aguantar sin ducharse unas horas o unos días, pero si hablamos de una empresa como un gimnasio, los inconvenientes pueden ser mucho mayores. Es por ello por lo que recomendamos que se haga un mantenimiento preventivo de calderas por una empresa que tenga en nómina un técnico en calderas, de forma que se puedan detectar los problemas mucho antes de que ocurran y que el correcto funcionamiento haga que el costo del mantenimiento se pague solo: sí, se paga solo con la energía que se ahorra el propietario. Técnicamente y no es un slogan, LOS MANTENIMIENTOS SIEMPRE SALEN GRATIS.

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